La seguridad de una empresa depende principalmente de la gestión adecuada de la identidad digital de sus empleados. Esto es así porque abarca todas las credenciales, autorizaciones y permisos asociados a cada individuo dentro del entorno digital de la organización. De hecho, una gestión efectiva de la identidad digital implica asegurar que cada empleado tenga acceso únicamente a los recursos y datos necesarios para llevar a cabo sus responsabilidades laborales, al tiempo que se previene el acceso no autorizado.
A pesar de su importancia, los riesgos asociados con esta gestión suelen descuidarse. De ahí, que en este artículo expliquemos algunas estrategias para preservar la identidad digital, considerando la evolución constante en la manera en que las empresas gestionan la información personal en el entorno online.
La identidad digital es la representación electrónica única de una persona o entidad en el entorno digital. Esto abarca información personal, permisos, credenciales de acceso y actividades en línea. Algunas características fundamentales incluyen:
La identidad digital se ha convertido en un activo crucial para la seguridad y operación eficiente de las empresas en el entorno digital actual. Una gestión adecuada de la misma, considerando los riesgos asociados y la necesidad de preservar la privacidad y la integridad de la información personal, es clave. Así ha sido la evolución de la identidad digital:
En sus inicios, la identidad digital se centraba en sistemas cerrados y controlados. Los usuarios interactuaban con computadoras a través de terminales específicos y autenticación basada en contraseñas.
En la década de los 80, se establecieron los primeros estándares para la identificación y autenticación, como el protocolo Remote Authentication Dial-In User Service (RADIUS) para la autenticación remota. También surgieron sistemas centralizados de gestión de identidad para simplificar la administración de usuarios.
Con la expansión de Internet, la identidad digital se volvió más relevante en el ámbito público. Fue entonces cuando se popularizó la autenticación basada en contraseñas para acceder a servicios en línea, como el correo electrónico.
A comienzos del siglo XXI, aumentan las preocupaciones sobre la seguridad de las contraseñas y el robo de identidad, además de surgir la autenticación multifactor (MFA) para reforzar la seguridad.
En esta etapa, se adoptaron enfoques de federación de identidad para permitir el acceso seguro a través de múltiples servicios sin la necesidad de repetir la autenticación. También aparecen los primeros proveedores de Identidad como Servicio (IDaaS) que ofrecen soluciones basadas en la nube.
En nuestros días, se está produciendo un aumento de la conciencia sobre la importancia de la identidad digital en la seguridad cibernética, así como una mayor inversión en ciberseguridad empresarial. De hecho, muchas compañías están implementando soluciones biométricas y de autenticación sin contraseñas, prestando mayor atención a la privacidad y al control de los usuarios sobre sus datos.
La Unión Europea (UE) presentó en 2023 una iniciativa con planes para establecer un ecosistema de identidad digital en sus 27 países miembros, mediante la actualización del reglamento eIDAS y la creación de una cartera de identidad digital de la UE (EUDI). Esto requiere que cada estado miembro ofrezca un EUDI y lo implemente como obligatorio para los servicios empresariales y gubernamentales.
Más allá de las grandes ventajas de la identidad digital, su evolución presenta algunos retos claros:
En este punto, podemos decir que la identidad digital ha experimentado una transformación significativa a lo largo de los años, desde sus inicios en sistemas cerrados hasta su papel central en la era digital actual, marcada por estándares avanzados, preocupaciones de privacidad y soluciones tecnológicas innovadoras.
Si tienes dudas sobre la mejor forma de mantener protegida la identidad digital de tu empresa y de tus empleados, será un placer agendar una reunión contigo. Contáctanos cuando lo necesites y resolvamos dudas.